domingo, 31 de octubre de 2010

1950-2010


El miércoles 27 de octubre de 2010 quedará en la historia como un día triste. A las 9.15 hs., en Calafate, falleció Néstor Carlos Kirchner, a los sesenta años de edad, por motivo de un paro cardíaco.

En un país como el nuestro, en el cual los gobiernos de facto no fueron una excepción, sino que prácticamente se alternaron con los gobiernos democráticos, Néstor Kirchner tiene ganado un lugar especial en la historia, por el hecho de haber sido elegido Presidente por el pueblo argentino. Sin embargo, la profunda huella que dejó en la historia, se debe a muchas otras causas…

No debemos olvidarnos de las particulares circunstancias en que fue elegido Presidente. Kirchner asumió la primera magistratura en el año 2003 luego de una intensa crisis que sacudió al país en muchos aspectos y que puso en jaque su vida institucional. Inició su gestión con 22% de apoyo de la ciudadanía, y la culminó con 50% de imagen positiva, cediéndole el lugar a Cristina Fernández con el mandato popular de continuar el modelo iniciado por Néstor.

Extrayéndonos un poco de aciertos o desaciertos, de simpatía o no hacia sus políticas y decisiones, creemos que el principal logro que se puede atribuir a estos años de gobierno del kirchnerismo fue ubicar nuevamente a la política en el centro de la escena pública.

La década de los noventa fueron años de desprestigio de la política, años en los que todo lo que se relacionara con dicha actividad era considerado turbio, y en los que se privilegiaba el no te metas. Bajo la tutela de Néstor Kirchner, la política recuperó el protagonismo que le corresponde, y lo hizo en toda su dimensión configuradora de lo social.

Por eso es que decidimos desde acá, recordar y homenajear al ex mandatario. No solamente se volvió a hablar de política en todos lados y abiertamente, algo ya de por sí sumamente valorable, sino que todos pasamos a entenderla como una actividad que le da sentido a la sociedad en que vivimos.

La sociedad se presenta como un todo desordenado que debe significarse completamente, tanto el conjunto como sus elementos, y es justamente ahí donde entra la política. La política es, desde nuestra visión, desde donde se lucha por ordenar ese todo desordenado, desde donde se busca otorgar significado y sentido a la vida en común.

La democracia de los ´90 es la democracia de la indiferencia, del “dejar hacer”, es una democracia pobre, frágil. Felizmente, los jóvenes de hoy entendimos que es posible un modelo de país diferente: un país con debate, con participación, con proyectos.

No faltan ejemplos de políticas impulsadas por el kirchnerismo que van claramente en esta dirección y, sin dudas, la sociedad argentina no es la misma luego de los casi ocho años en que gobernaron al país. Ahora sabemos lo que somos y lo que podemos ser. Por primera vez en muchos años estamos firmes, somos fuertes y sabemos a dónde no queremos volver.

No nos parece justo culminar este humilde homenaje sin mencionar la incondicional defensa que hizo Néstor Kirchner de los gobiernos democráticos de nuestra región. En los últimos años en América Latina vivimos algunos episodios en los que se atacó a legítimos jefes de estado con la intensión de derrocarlos. Sin duda, debería ser un motivo de orgullo para todos los argentinos habernos acostumbrado a ver a Néstor participar activamente en la defensa de los mandatarios democráticos, protegiendo algo que no resulta necesario explicar lo que acarrea su pérdida.

Hasta la próxima, siempre…

Winston Smith

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