miércoles, 13 de octubre de 2010

Los chicos, a la escuela

El 29 de septiembre de 2010 la Cámara de Senadores de la Nación dio medio sanción al proyecto de ley 2690-S-2010[1], que establece la creación del Servicio Cívico Voluntario para chicos de entre 14 y 24 años.

Antes de considerar al proyecto en sí, consideremos que el mismo pone de manifiesto una situación anómala: la de aquellos chicos que se encuentran en edad escolar y, sin embargo, están fuera del sistema educativo. Por lo tanto, es un punto a favor que nuestros representantes demuestren preocupación por dicha población.
Ahora bien, analicemos en la solución que se propone. La creación del SCV busca reinsertar a estos chicos en la escuela permitiéndoles terminar los estudios obligatorios y, a la vez, facilitarles la inserción laboral por medio del aprendizaje de un oficio. Atención. Los chicos desarrollarán estas actividades en instalaciones de las Fuerzas Armadas.

Realicemos algunas preguntas. ¿Quiénes son aquellos chicos de 14 a 24 años que no están en la escuela? No hay que ser muy astuto para saber que, seguramente, son chicos con bajos recursos, de familias humildes y que habitan en zonas vulnerables, es decir, sectores marginados de la sociedad. ¿Qué vamos a hacer con ellos? Enseñarles oficios para que puedan insertarse laboralmente, en una edad en la cual no hay por qué pensar en ello ¿Dónde van a estar? En lugares donde los demás chicos no están, es decir, separados, marginados aún más. ¿Lograremos reinsertar a estos chicos?...

Tal como dijimos, la preocupación por los chicos alejados del sistema escolar es algo que resulta ineludible, pensando a la educación como uno de los pilares básicos de nuestra sociedad. Sin embargo, debemos poner nuestros mayores esfuerzos en que los chicos estén en la escuela, que los que no estén vuelvan y que los que están no se vayan. Debemos buscar que los chicos aprendan y se diviertan en el ambiente que está diseñado para eso y con las personas que saben de eso.

Aprender un oficio y pensar en trabajar en manos de personas que nada tienen que ver con ellos, no puede ser nunca la solución. No podemos dejar de valorar que las leyes se aplican a sociedades determinadas y con una historia particular. Por eso, no es agradable pensar que las Fuerzas Armadas serán quienes amparen a estos chicos.

No podemos hacer normas que reflejen y consoliden desigualdades. No podemos poner pisos y techos más altos y más bajos para algunos chicos y para otros no. No podemos contribuir a la marginación y a la estigmatización, menos aún desde el sistema educativo.

Debemos buscar que el sistema educativo sea cada vez más universal, más atractivo y sea un factor de libertad e igualdad. No debemos darle a todos lo mismo, debemos darle a cada cual según su necesidad, para que todos estén adentro.

Los chicos, a la escuela.

Hasta la próxima, siempre…

N.R.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo Nico, no es una opcion legislar sobre la desigualdad y pretender educar de modo diferencial como si fueran ciudadanos de segunda

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