domingo, 12 de diciembre de 2010

¿Está bueno?

“…y a todos aquellos que quieran habitar el suelo argentino…”


Infantil sería desconocer que las expresiones xenófogas existen en todas las sociedades, estén más o menos extendidas. Ingenuo sería pensar e intentar que así no sea.


En una sociedad democrática no podemos impedir este tipo de manifestaciones discriminatorias. Lo que sí podemos es condenar enérgicamente cada una de ellas.


Una situación en la que una personalidad política, incluso con aspiraciones presidenciales, haga una declaración de este tipo no deja de sorprendernos. Y en el momento en que la hace, más aún. No está bueno, Mauricio. No es PRO.


Bueno estaría que se haya preocupado por tratar un problema tan importante como el de la vivienda. Bueno estaría que no haya subejecutado el presupuesto asignado a la construcción de viviendas. Bueno estaría que dé el mismo trato e importancia a todas las zonas de la Ciudad. Pero no sería PRO seguramente.


Partiendo del supuesto de que la ignorancia o la falta de información no fue lo que motivo la declaración, caemos en un discurso retrógrado propio de la derecha conservadora. Es la vinculación lineal, falaz por supuesto, de asociar a los inmigrantes de los países limítrofes con el narcotráfico, el terrorismo, la inseguridad.


El problema es que el pedido de endurecer las políticas inmigratorias interpela a numerosos segmentos de la población que se sienten identificados. Haciéndolo, activan, confirman o dan fuerza a pensamientos que responden a lo más oscuro de la naturaleza humana.


No descubrimos nada diciendo que Argentina es un país que, post colonización, así como dio, recibió mucho de la inmigración. Fue un país que abrió sus puertas a muchas personas que buscaban oportunidades o escapaban de guerras. Muchas veces no habrá sido lo que soñaban o les prometían, pero sin duda fue un lugar que aceptó y respetó la diversidad cultural.


Quizás sea esa mezcla de nacionalidades una de las mayores riquezas que atesora nuestro país. No sólo la mezcla en sí, sino la aceptación de ella.


Debería ser motivo de orgullo vivir en un país que siga aceptando sin mayores restricciones a quienes quieran habitarlo. Ser solidarios como sociedad ante quienes lo necesitan, otorgando derechos y responsabilidades es algo que nos enaltece.


Hasta la próxima, siempre…


Winston Smith

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